Me explico. Hablar de branding (desde el punto de vista que nos ocupa) es hablar de una disciplina creativa y estratégica que auna todo lo relativo a una creación artificial de significados y signos que los representen. Hablar de marca personal es hablar de gestionar correctamente la información disponible sobre nosotros y vigilar y cuidar la imagen que de nosotros estamos proyectando.
No sé si se percibe el matiz de que una marca «la creamos artificialmente» mientras que una persona debe ser lo más auténtica posible…
Sin embargo la definición de marca personal según la wikipedia, «considerarse uno mismo como una marca, que al igual que las marcas comerciales, debe ser elaborada, transmitida y protegida, con ánimo de diferenciarse y conseguir mayor éxito en las relaciones sociales y profesionales», sí que es compatible con lo que entendemos por branding… ¿Con cuál nos quedamos entonces? ¿Puede ser real, legítimo, creíble y exitoso crear una marca de uno mismo?
Realmente creo que sí, la clave está en la esencia de marca… No creo que una marca sea ni algo artificial, ni algo forzado, ni algo no creíble. Si así es, será una marca con muy poco éxito. Toda marca debe tener un concepto claro que resuma y represente la esencia de la misma, pero además ese concepto debe estar basado en características reales, lo más tangibles posibles, de nuestros productos y servicios, o de nuestras competencias o habilidades distintivas. De nada sirve construir castillos en el aire, debemos construir marcas sobre bases sólidas. Por ese motivo para mi el branding personal sí puede ejercerse de la misma manera que el branding al uso.
Está claro que si en una conferencia, por muy bien que estuviera el cartel, y por muy buena que sea tu imagen y presentación, en la exposición no captas la atención, no mantienes el interés, etc, no lo haces bien en definitiva, de nada sirve la comunicación y la divulgación. Lo mismo le sucede a las marcas… por muy atractiva que sea una marca, por ejemplo de magdalenas, por muy buena pinta que tengan, si están malas…
Una estrategia para lograr mayor interés sobre nosotros se puede equiparar a una estrategia de branding. Ya que, como dice Enrique Dans, nuestro CV está en la red, está claro que no siempre logramos que nos conozcan en persona antes de juzgarnos, por lo que tendremos que analizar bien la imagen que estamos proyectando en esos contactos y cuidar muy bien primeras impresiones.
Al final, al igual que en una marca, se trata de atraer primero (para luego convencer y posteriormente entablar una relación pero lo primero es lo primero y si no atraes no tendrás la oportunidad de nada más). ¿Qué son el diseño, el naming, los taglines, etc, si no técnicas para lograr decir lo más posible de nosotros de una vez, para aprovechar al máximo primeras impresiones? ¿Por qué no entonces asociar a nuestra persona un leit motiv, un color, o incluso un apodo o «nombre profesional» si con ello conseguimos que un sólo vistazo a nuestro perfil de linkedin o twitter diga mucho más de nosotros que simplente lo que hemos hecho?
Se puede hacer de verdad branding de una persona aunque obviamente nos juguemos mucho… ¿Quién se anima?
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