Como nunca antes, las marcas están navegando en un mar de cambio constante.
La confianza, una radical transparencia exigida por los consumidores y la hiper – personalización está marcando el actual escenario.
¿Cómo pueden las marcas hoy en día aprovechar estas dinámicas para conseguir ofrecer una ventaja competitiva?
Una parte importante de la respuesta reside en la consolidación de un tipo de consumidor, los llamados “Aspiracionales”.
Las generaciones no se definen solo por un año de nacimiento, sino por la identidad formada por experiencias comunes que dan forma a quiénes somos y la comprensión de nuestro lugar en el mundo.
Esta nueva generación siente un fuerte lazo por lo estiloso, lo relativo al status social y la sostenibilidad en general, todo ello combinado con un gran interés por la generosidad, la creatividad y la colaboración.
Esta generación aspiracional está definida por el deseo de que sus acciones satisfagan sus necesidades, tengan una impacto positivo en los demás y conecten con un ideal de comunidad. Buscan encontrar el camino para hacer las cosas bien, las correctas, pero a parte hacerlas de una manera “cool”, creando nuevas posibilidades para las marcas, y la sociedad que compartimos.
A continuación veremos 4 aspectos que mueven esta generación:
Buscan más experiencias a la vez que usando menos recursos para no generar desperdicios, empujándonos hacia una nueva realidad donde la creatividad es un recurso infinito.
Están liderando un cambio que nos mueve de una economía movida por la posesión hacia una inspirada por conceptos como acceso, colaboración y el sharing. No se quiere poseer más, sino tener acceso a más experiencias y más significativas.
Las marcas están aprovechando estas dinámicas para moldear sus modelos de negocio, al mismo tiempo que ofreciendo experiencias con gran retorno emocional.
Este primer punto no se limita a la economía colaborativa, sino que es una aspiración, una mentalidad que valora la calidad, la sencillez y la creatividad para conseguir sacar el máximo partido de lo que ya tenemos.
Las marcas se suman a este movimiento mediante el diseño de productos de calidad, durabilidad y ofreciendo un contínuo flujo de recursos mientras premian a sus consumidores al reutilizar y reciclar sus productos.
Ejemplo de ello son LeTote, un portal de moda que ofrece la posibilidad de alquilar ropa de tendencia y accesorios (te lo llevan a la puerta de tu casa!) para que los devuelvas al final del mes.
O Patagonia con “Worn Wear”, una película documental y plataforma de participación que anima a la gente a pensar en la durabilidad de las cosas que compran, a repararlas, compartirlas y reciclarlas.
La explosión de la tecnología móvil y de datos ha alimentado nuevas expectativas en relación a la transparencia y nuevas dinámicas que promueven la confianza. El mismo hecho que » la verdad saldrá a la luz » es aceptada por esta generación, significando que las expectativas hacia las marcas ya no residen en la perfección, sino en la honestidad.
Están liderando el cambio de lo perfecto o impecable hacia lo honesto, de esconder imperfecciones a mostrarlas y revelar realidades controlando las conversaciones e invitando a otros para ayudar a resolver desafíos juntos.
Con el total acceso a la información, y el efecto imparable de la colaboración y del sharing, las marcas referentes están cambiando las dinámicas acerca la confianza, promoviendo una radical transparencia como elemento diferenciador promoviendo plataformas para fomentar relaciones con sus audiencias, todo ello motivado por obtener un beneficio mútuo.
Marcas como Google o Apple están actuando bajo el mantra “ living in beta” donde invitan a gente para probar sus productos antes de lanzarlos con la intención de mejorarlos y mejorar así los futuros productos que lanzan al mercado. Todos sumamos y formamos equipo para un beneficio común.
Ahora son las personas las que le ponen cara a las marcas, los que ofrecen las experiencias, los que se expresan por ellas.
De vender productos a atraer y seducir a los consumidores, de generar transacciones a construir relaciones. De grandes corporaciones globales a startups locales, las marcas están viendo lo poderosas que son las historias que hay detrás, las historias humanas.
La tecnología está haciendo que la gente pueda estar más y más conectada, haciendo que se puedan reunir, hablar, debatir, compartir, crear ellos mismos historias donde el papel de la marca casi adopta un rol de impulsor mientras son ellos los que la mantienen viva, con unos modelos de negocio diseñados claramente por y para las personas.
Del storytelling a compartir, a hacer, las marcas deberán sumarse al movimiento. La nueva moneda de cambio no es tanto el euro o el dollar sino la moneda social. Hoy en día mandan las personas y las experiencias que las acompañan.
Las comunidades son las que lideran el camino, las marcas les siguen.
Un ejemplo de ello es AirBNB o Uber.
Esta generación lo quiere todo, inspirado por un sentimiento de libertad, en un momento donde hay multitud de opciones, no hay necesidad de tener un destino claro, sino que lo que realmente importa es disfrutar del trayecto.
Se huye de estar atrapados en estereotipos como el género o la edad.
Las marcas deberán ayudar a sacar lo mejor de sí mismos, el mejor lado y a dejarse llevar sin tapujos, sin límites.
Zappos, un lugar de trabajo donde los “trabajadores” son completamente autónomos, donde no hay títulos ni posiciones, no hay jefes, no hay límites.
O WeWork, espacio de co-working presente en varias ciudades del mundo como Amsterdam, Londres o Tel-Aviv entre otras, está dando forma a una comunidad de creadores y una nueva cultura de trabajo donde profesionales autónomos , nuevas empresas o start-ups son invitadas a unirse para re- imaginar el nuevo modelo de jornada laboral, para que la gente pueda hacer lo que más ama a su propia manera.
Esta generación representa un optimismo seductor, nacido de la creencia que todos nuestros actos deben contribuir a un mundo mejor, más conectado. Las marcas, más que nunca, deben promover una causa, una historia, una visión que empodere y seduzca a las personas para que sean ellas quienes se expresen por ellas y les den vida para un beneficio común, para un mundo mejor.
Hoy más que nunca, las personas al centro de todo.
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