La creatividad es una habilidad clave para el desarrollos de los negocios. Según un estudio de Kantar Millward Brown, una buena estrategia que reúna creatividad, comunicación e innovación puede hacer que el valor de marca aumente hasta en un 265%. Pero para que la creatividad resulte efectiva debe aplicarse de forma coherente con la estrategia de negocio y con la estrategia de marca, que es la traslación de la estrategia de negocio en términos de valor y significado para los públicos de interés.
La inteligencia creativa no refiere únicamente al ámbito artístico, sino que consiste en la habilidad para aportar soluciones creativas pero también rigurosas en cualquier ámbito o problemática. Normalmente cuando pensamos en la inteligencia lo hacemos en términos del pensamiento racional, pues los parámetros que definen la inteligencia son tradicionalmente cuantitativos. Sin embargo, ya hace tiempo que Daniel Goldman popularizó el concepto de inteligencia emocional, dando a entender que existen otras habilidades como por ejemplo la empatía, la capacidad de relación, liderazgo o trabajo en equipo, que también configura la inteligencia de un individuo, más allá de la lógica, el pensamiento espacial o la memoria.
Inteligencia creativa es en este sentido una derivación de este concepto en las organizaciones, si bien no refiere únicamente a su capacidad empática o de relación con su entorno, sino a su capacidad para observar el entorno con una mirada diferente, a encontrar nuevas soluciones a los problemas de siempre, e incluso a formular los problemas de siempre de una forma nueva. Por otra parte, la inteligencia creativa, referida al contexto de las empresas y los negocios, tiene que ver con encontrar soluciones para resolver problemas. No se trata tanto de una inteligencia abstracta o artística, sino aplicada, y por tanto que responde a objetivos concretos.
En el ámbito del branding, la creatividad es necesaria en todo el proceso, tanto en la fase estratégica, como en la activación o en la de gestión de una marca. Es por tanto una forma de pensamiento que debe aplicarse transversalmente, tanto a la hora de definir en enfoque estratégico, como de buscar nuevas maneras de conectar con los clientes, o de definir sistemas de gestión colaborativos, por poner algunos ejemplos. Sin inteligencia creativa, una marca corre el riesgo de estancarse en una zona de confort.
Según algunos estudios y expertos, las personas y las marcas que poseen inteligencia creativa tienen una serie de características comunes: curiosidad, imaginación, adaptabilidad, flexibilidad, humildad y empatía. Rasgos que le permiten:
Despertar y fortalecer este tipo de inteligencia dentro de una compañía requiere invertir en formación y concienciación del equipo. Al igual que un músculo, la inteligencia creativa puede fortalecerse con las herramientas adecuadas, y el branding interno y la cultura de compañía son aquí claves.
El psicólogo Edward de Bono afirmó en una ocasión que “la creatividad es el recurso humano más importante de todos. Sin creatividad no habría progreso y estaríamos constantemente repitiendo los mismos patrones”. Del mismo modo las marcas que tienen éxito y marcan la diferencia, a menudo poseen y ponen en práctica técnicas de inteligencia creativa.
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