El mundo y la innovación en el packaging ha evolucionado de forma vertiginosa en los últimos años. Hoy la función de un envase es mucho más que contener un producto, protegerlo, favorecer su uso y almacenamiento, comunicar los beneficios del producto y permitir a la marca diferenciarse y destacar en el lineal.
La sostenibilidad y la tecnología son los drivers fundamentales que impulsan el cambio, pero no son los únicos aspectos a los que hay prestar atención.
Vamos a ver algunas de las líneas maestras que ya están en el punto de mira hoy y que probablemente lo estarán más en un contexto donde las tendencias que ya anticipamos se han acelerado con motivo de la pandemia producida por el Covid 19.
1. Tecnología plegable y flexible
En los últimos años lo que empezó como una visión de futuro se ha ido acercando hasta prácticamente llegar a ser una realidad.
Portátiles, tablets o smartphones son el objetivo máximo de esta tecnología de la que ya tenemos los primeros ejemplos tangibles, como Samsung con su nuevo Galaxy Fold, Huawei con el Mate X o el Royole FlexPai.
Todas las grandes marcas tecnológicas están embarcadas en una carrera dentro de la plegabilidad que no se limita a los smartphones. Dell, por ejemplo, está trabajando para lanzar portátiles plegables y LG ya presentó su televisión enrollable.
Puede que veamos aplicaciones de estas tecnologías en packaging en cuanto ésta sea asequible en costes.
2. Conectividad 5G y Realidad Aumentada
El 5G ha tardado en llegar pero ya es una realidad que irá a más. La adaptación de los dispositivos a esta nueva tecnología es el principal escollo de llegada al usuario, pero su implementación y aplicación puede suponer una revolución en la relación del ser humano con la tecnología.
La realidad aumentada es otra técnica que va a más. Ha adelantado por la derecha a la realidad virtual gracias, entre otras cosas, a que su implementación es más sencilla y sus aplicaciones prácticas más útiles.
En el sector de la logística y el transporte, por ejemplo, se está comenzando a emplear esta tecnología que está llamada a ser una gran aliada en el presente y futuro próximo, así como todo lo que tiene que ver con la trazabilidad de los productos y de sus componentes o ingredientes.
3. Sostenibilidad
El cambio climático, la contaminación y la creciente preocupación por el cuidado y protección del medio ambiente no hacen más que crecer y con toda seguridad aumentará más ahora.
Las marcas van interiorizando rápidamente esta preocupación, pero aunque hacen esfuerzos importantes con sus políticas de packaging (como dejar de producir envases de un sólo uso, sustituir plástico por cartón, etc.) van mucho más despacio que las necesidades del planeta y las expectativas de las personas. Las marcas deberán pisar el acelerador en este aspecto.
Vemos en este ámbito innovaciones en productos como las bebidas de carbono negativo donde se emplea carbono recapturado para producirlas, como es el caso de la compañía Air Co. O el modelo Loop de Adidas, que es una muestra de la búsqueda de la reutilización en los nuevos productos. La peculiaridad de estas zapatillas es que al final de su vida útil se pueden reutilizar sus materiales en la fabricación de otras nuevas.
En definitiva, la tecnología ofrece (y ofrecerá aún más) enormes posibilidades e innovación en el packaging, haciendo de él un instrumento con mayor peso y relevancia, por su capacidad de potenciar la experiencia del usuario en muchos aspectos y ofrecer información y contenidos de valor añadido en muchos ámbitos, entre otras ventajas.
La tecnología también puede y debe contribuir a minimizar el impacto de los envases en el medio ambiente. Pero las marcas deben actuar ya porque el tiempo se acaba y la exigencia de los ciudadanos para que las marcas encuentren nuevas fórmulas que no generen contaminación es cada vez mayor.