Si escribimos en Google ‘guía de estilo’, el buscador nos devuelve unos 150 millones de resultados. Si para afinar volvemos a la barra de búsquedas, el gigante de Sillicon Valley enseguida propondrá como hacerlo: ‘plantillas guía de estilo’. ¿Por qué? Por qué eso es lo que buscan a diario miles de usuarios en todo el mundo. Sabedores de ello, autores, blogs y webs aprovechan y han escrito al respecto hasta 17 millones de resultados.
Sketch, Pinterest, PSD, son múltiples las opciones que se ofrecen en la red para realizar una guía de estilo en base a un template. Pero todas tienen algo en común: no recogen todos los aspectos que debe contener una guía de estilo. Ésta es más que una plantilla donde se definen el color, el logo o la tipografía de una marca, opciones que permiten habitualmente estos templates. Sin llegar a constituirse en una herramienta como un brand book, una guía de estilo debe recoger, además de estos, otros elementos y normativas que describan la identidad de la marca y la forma de expresarla.
Y es que al igual que en el mundo de la moda, paradigma del estilo, éste no se refiere sólo a una u otra prenda, si hablamos de una marca, su estilo no debe limitarse a un definir unos colores y tipografía corporativos o un logo y sus aplicaciones.
Una plantilla de guía de estilo debe ayudar a la marca a garantizar la coherencia, pues ser consistente en todos los puntos de contacto con el cliente se traduce en una experiencia satisfactoria y repleta de significados.
Para alejarse del vacío que prometen las plantillas de guía de estilo, es importante tener claros los puntos que una guía de estilo ha de recoger:
Sin embargo, cada marca tiene sus propias necesidades, y los aspectos a incluir en una guía de estilo deben adaptarse a estas. Por ejemplo, habrá quien necesite contemplar aspectos como si se hablará de usted o de tú al receptor, o quien precise de otros más tácticos como establecer, por ejemplo, si enviar mensajes a través de WhatsApp a los clientes o no.
Una vez definidos los puntos esenciales de una guía de estilo, es evidente que es igualmente necesario que esta se consulte y aplique. Para ello, tendrá que:
Asegurar la relevancia y congruencia de las comunicaciones es básico para asentar la marca en la mente del público desde una perspectiva positiva. Y una guía de estilo bien configurada es una herramienta clave para alcanzar dicha coherencia.
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