Fails & Fame Semana 18

· por Rafa Soto

FAIL

Thermonator

Las razas de perros, tal como las conocemos ahora, se originaron en la Inglaterra Victoriana, donde decidieron experimentar mezclando perros a ver qué pasaba, como quien juega con una Nintendo DS.

De ahí, en 1874, surgió el Kennel Club, que se autoasignó como validador de las nuevas razas y de los atributos de cada perro para determinar si formarían o no parte de esa raza.

Todas las nuevas variedades de razas, como si fuesen marcas, conectan mejor o peor con sus dueños.

Yo soy amante de los perros, independientemente de su raza o tamaño, pero entiendo que haya gente que se sienta más atraída por unas razas determinadas por su forma o su carácter. A ese mismo nivel está la idea de que un perro habla de ti mismo, de la misma manera que lo hace un coche o un reloj.

Yo, que insisto, me gustan todas las razas por igual, detecto que los perros, erróneamente llamados potencialmente peligrosos, a veces conectan con gente potencialmente peligrosa. Algo parecido pasaba con los Hummers o con las pickups XL. Y en ambos casos, lo peligroso no son ni los perros ni los coches.

Pero para cubrir esa demanda en el mundo de la robótica, la compañía Throwflame ha lanzado el Thermonator, un perro robot que lanza llamas. No me digáis que el nombre no es maravilloso. Podrías pensar que es un personaje más de la película Sharknado, pero no, es un perro robot a la venta legal en 48 estados estadounidenses.

El robot, vendido bajo el eslogan de “Your ultimate firepower companion”, estremece nada más verlo, y supongo que tendrá que haber algún incidente con algún repartidor de Amazon para que los prohiban.

(O como hubiese dicho Matías Prats, los repartidores de Amazon van a estar aún más quemados.)

Mientras tanto, este Fail nos da una idea de la rápida propagación de la IA en multitud de formas y especies. Y señala la importancia de tener una legislación con la IA y la responsabilidad de las compañías respecto a su uso. Pero en una carrera entre la IA y las leyes…

FAME

VW Trucker Napp

Hay marcas que entienden muy bien las reglas del «community-centric»: que si formas parte de una comunidad, tienes que aportar valor a esa comunidad.

Este es un buen ejemplo de VW para la comunidad de camioneros. En Brasil, el 60% de los accidentes de conductores de camiones suceden por falta de sueño.

Para paliar la tasa de accidentes, VW se ha asociado con Livelo, un programa de puntos que puedes intercambiar por regalos, y han presentado una app que monitoriza las horas de sueño de los camioneros. Cuanto más descansen en la ruta, más puntos ganan. Es una motivación, desde luego.

https://www.truckernapp.com.br/

Pero más allá de si la solución es la más ingeniosa del mundo, lo destacable es que las marcas asumen su cuota de contribución a mejorar la vida de las personas de sus comunidades.

Filosóficamente, de hecho, no se me ocurre una forma mejor de estar presente en la vida de las personas. Y tácticamente, si las marcas escogen bien las comunidades y tienen territorios de marca inspiradores, siempre hay oportunidades claras de contribución que trabajan mucho mejor para el valor de la marca.

Aceptable