Atreverse

· por Rafa Soto

 “Todo a la vez y en todas partes”. La gran ganadora de los Oscars, es una locura.

Para los que aún no saben de qué va, nos cuenta el viaje que hace una inmigrante china, dueña de una lavandería en apuros, con el objetivo de salvar el mundo. Solo que con una particularidad: es un viaje por el multiverso. Es como si Christopher Nolan (conocido por retar al espectador con nudos espacios/temporales) se hubiese atiborrado de gyozas de setas.

Y no hay nada sorprendente en encontrar películas o series con propuestas complejas. Lo sorprendente es que esta haya ganado un Óscar. Porque los Oscars no son el festival de la innovación sino de la homologación. Si una película gana un Óscar es que es inclusiva para la amplia mayoría.

Esta sería una de las conclusiones que nos interesan de esta edición: el mainstream está listo para narrativas mucho más complejas. Las entiende y, sobre todo, las valora. Sin embargo, las marcas y los que trabajamos para ellas, muchas veces pecamos de excesiva prudencia respecto a la capacidad de comprensión de las audiencias y, con ese prejuicio, lo aplanamos todo demasiado.

Pero el problema no es que la gente se aburra, porque no todas las marcas están para entretener a nuestros consumidores. El problema, el verdadero problema, es cuando las audiencias no abrazan el mensaje porque el formato directamente no les interesa.

A nosotros, que nos gusta hablar de Real Brands, le damos mucha importancia a que las marcas estén conectadas a la realidad de las personas. Y este Oscar nos dice que la realidad ha cambiado bastante. Que tenemos otra cultura audiovisual diferente a la de hace 5 años y que para lo que nosotros es atreverse, para nuestras audiencias es hacerlo bien.

 

Aceptable